Aquella tarde de otoño había salidoa pasear con su amiga de toda la vida. Ahora estaban las dos viudas. Por las tardes solian pasear por la alameda que hay junto al río y charlar de cosas sin importancia. Un día ,sin saber por qué, Maria rompió la norma y le confesó un secreto que, sin duda, ella entendería pues estaban en la misma situación.
De pronto Carmen le preguntó a María si notaba en su cama la falta de un hombre. María no sabía donde meterse. Se puso roja como la grana y le contestó que ella no, eso era cosa de jóvenes y ella, a su edad estaba tranquila. Siguieron el paseo y maría no pensaba parar había algo triste en la mirada de su amiga. Ella le contó que su marido la había hecho muy feliz y que gozaron juntos de muchas experiencias sexuales. Ahora que era su última oportunidad, no quería morirse así de triste, viendo pasar los días y además a ella no le faltaban las ganas.le contó mil y una practica que habían hecho juntos, le hablo de lencería sexy, de juguetes sexuales, de historias con contenido eróticoy de las peliculas porno quue los habían inspirado. Ahora solo quedaba su recuerdo por toda la casa y sobre todo el placer que había dejado de sentir. Se masturbaba estaba claro, peroquería compañia para esos ratos.
María le contó que ellos practicaban sexo a oscuras, nada de lo que le había contado lo había hecho. Es más dormían en camas separadas desde los 40 porque el sexo era para gente joven, le dijo, y ya no volvieron a tener ninguna relación más y ella sabía que con otras mujeres no iba, porque eso lo nota una mujer y los del pueblo, que iban, eran el centro de todos los cotarros. Ela creía que el sexo es algo de hombres y que la mujer solo soporta el momento. Cuando era joven había oído una historiay penso queeso era pervertido porque una mujer no goza en la cama.
Carmen se dio cuenta enseguida que su amiga había estado casada un montón de tiempo y había tenido hijos sin gozar su propia sexualidad. Estaba que no salía de su asombro ni siquiera tenía clara la anatomía de un hombre excitado. Mientras iba caminando junto a ella la miró y se dio cuenta de que los años la habían tratado muy bien. Era hermosa. Con el cabello castaño que le caía a un lado de la cara, sus ojos como la miel y una boca perfectamente dibujada, las piernas eran largas y se perdían en el contoneo de su falda. Lo que pensaba hacer quizá acabase con su amistad pero le parecía una tortura el matrimonio que había vivido. Ella trazó un plan que quizá ayudara a las dos.
Al día siguiente por la tarde fue a casa de María. llevaba un bolso amplio y cierto miedo en el cuerpo, pero lo haría.Estaba decidida.Ella no iba a perder el sexo en su vida, era algo biológico, como decía su marido.Ella sí notaba su falta, desde que eran novios empezaron sus escarceos sexuales. A ella siempre le daba miedo seguir pero él sabía buscar su punto débil para dejarla sin voluntad y ella esperaba en el fondo que él traspasase las reglas. Sintió su primer orgasmo después de un mes, en el que él se dedicó a excitarla sin que culminase su placer.Buscaba y lo consiguió que ella le suplicase más.Así un dia le preguntó que qué era lo que quería y ella le dijo que todo. Que siempre se quedaba con una especie de nervio, con una ansiedad, que no sabía explicarle. El sonrió y le dijo que el sábado, por la noche, había verbena, que consiguiese que sus padres la dejaran acompañada por su hermana pequeña. Nunca olvidaría esa noche. Su novio dijo a María que cuidase de la niña y sin perder un momento la arrastró de allí al pajar de su padre. La tumbó en la paja , le mostró su cuerpo, cómo se acariciaba y la desnudó a ella iniciaron un camino de descubrimiento y goce que terminó en un hermoso estallido de los dos. Allí dejó de ser virgen. Ella perdió su inocencia así y desde ese momento buscó un descuido de ssus padres para tocar a su novio buscando que otra vez le diera aquel placer. Y ahora moría por sentirlo de nuevo. Todos estos pensamientos le ocupaban la mente mientras iba a casa de María. Ya había llegado.
Se saludaron y María le ofreció un café. Ella le contestó que sacara algo más fuerte porque la tarde iba a ser larga.María sacó una botella de tequila y dos basos.
Carmen le dijo que siconfiaba en ella. Ella le dijo que era absurdo plantearse eso después de tantos años. Carmen llenó un vaso de tequila y se lo dio, iban charlando y bebiendo hasta que María estuvo borracha. Carmen sacó de su bolso un consolador enorme.Seguidamente Carmen le explicó que la ayudaría a ser feliz. la llevó a la cama entre risas y la desnudó pero no se fue. Ella se desnudó tambiény se metió en la cama. con sumo cuidado fue besando sus pechos, acariciando su cuerpo y María reía.ella le abrió las piernas y le omió su intimidad más tierna. María ya no reía le instaba a que parase pero las señales de su cuerpo erran otras. Se retorcía de placer. Sacó el consolador y sin previo aviso se lo encajó en el sexo.María se quedó quieta por un momento, pero empezó a pedirle más. Carmen movia el consolador rítmicamente y la besaba y cuando iba a llegar al climax la dejaba. Maria estaba encendida. No podía parar ahora. Algo la quemaba por dentro. se sometía ,se arrugaba junto a su cuerpo y le seguía pidiendo más.Carmen pensó que ya había saboreado el entusiasmo por el sexo, estaba totalmente empapada.Acentuó el titmo y maría ,loca de placer, sintió su primer orgasmo.
Después de un breve descanso, María le dijo queahora comprendía qué echaba de menos de su marido.le agradeció el orgasmo y le dijoque ella quería probar otra vez. El sexo ya se volvió más tórrido. Se besaban como locas, se acariciaban los cuerpos sudorosos, sus manos recorrrían su parte más íntima con cuidado,cadda vez más profundamente. Entonces Carmense ató el consolador a la cintura con una correa y la penetró. María gritaba de placer estallando todo su cuerpo en un placer húmedo. despues miró a Carmen le soltó el consolador y se lo puso ella, usarlo le costó un poco y coger el rítmo también,pero Carmen comprendió que era su inexperiencia, después todo siguiósu curso y Carmen dedicada únicamente a su placer sintió su orgasmo.
Se ducharon ,hicieron la cama y Carmen guardó el consolador en su bolso. María le dijo que por qué no lo dejaba allí, podían jugar más veces, ella tampoco quería vivir sin sexo. Incluso podían vivir juntas, todo el pueblo lo comprendería por lo amigas que eran. Carmen le respondió que sí, pero que ella necesitaba un hombre. Podian salir los fines de semana a la capital y buscar un hombre . María le dijo que ellas no dominaban ese mundo, que podía ser peligroso. Lo mejor -dijo- sería buscar uno del pueblo.
Carmen dijo que quizá podría ser el cartero. Ella había oído por el pueblo quesu mujer estaba harta de sus ganas insaciables y que ella no podía más, incluso-sabía- que había mediado el cura para que se contuviese como buen cristiano y de nada había servido. María solole veía un problema y era decirselo. Pero carmen le dijo que ella se encargaría.
La tarde siguiente fue a casa de María con ropa interior sexy que dejaba ver lo justo y le dijo que se la pusiera debajo de su ropa. Así lo hizo.toda de encaje negro parecía que había nacido para el sexo. Ella hizo lo peropio. cogieron una cesta y una manta y se fueron a la montaña, donde el pastor cuidaba sus ovejas. extendieron la manta se quitaron la ropa y empezaron a acariciarse. Nadie las veía pero las dos disfrutaban. Carmen vio de reojo alpastor y no dijo nada. Él, al verlas así sacó su miembro y empezó a acariciarse. Maria lo vio a su lado y de manera instintiva se puso a besarle y succionarle el pene. el se tumbó con ellas y comenzó con caricias más bruscas que las de una mujer les pellizcaba el sexo hasta el dolor y luego lo lamíacon cuidado. María estaba frenética. Era la primera vez con un hombre. pidió ser ella la primera y el pastor la penetró,tenía una hermosa verga.María sintió un orgasmo de tal intensidad que se mordió los labios que le sangraban. Elpastor se dedicó a Carmen pero María no dejaba de sobar al hombre de chuparlo de ofrecerle su sexo, de pedirle por favor que la penetrase otra vez. Carmen había gozado de un hombre durante años y ella estaba empezando. Carmen la comprendió y el pastor se la cogio otra vez dejaándola exhausta. Carmen creyó que para un día el pastor había tenido bastante y comenzó a masturbarse, pero él le cogio laa cabeza y la llevó a su sexo. Ella chupo su miembro y para su asombro ya estaba listo otra vez. la tomó con furia, estrujándola y ella llegó a su añorado orgasmo.
Después de descansar un rato, se vistieron los tres.Él les dijo que estaba siempre hambriento de sexo y que ellas eran mujeres calientes, como le gustaban.Les propuso que subieran a su cabaña cuando quisieran, que por allí no iba nadie.Las dos le dijeron que ellas lo querían dentro todos los días, que eran insaciables. Él les dijo que se pasaba los días solo cuidando el ganado. Podían subir todas las tardes, bastaba con poner una excusa Iban a caminar. Cuando ya se iban el pastor les dijo que él estaba preparado otra vez, que qué hacían. Carmen le dijo que dejarían la puerta de la casa abierta, si podía salir de casa allí lo esperaban.Se fueron.María le decía a Carmen que ella no sabía lo que se había perdido, Pero que a partir de ahora pensaba coleccionar orgasmos, que a ella le pasaba como al pastor. Carmen decidió irse a dormir a casa paraque su amiga tuviera la oportunidad de gozar de un hombre insaciable. Ella podía esperar a mañana.